Un quinto y un décimo lugar en dos presencias era un pobre pero alentador mérito debido a las dificultades existentes en el país para un desarrollo favorable en el ámbito futbolístico de primer nivel. Dicho choque se disputó el día 22 de junio en el Estadio Ernst Happel y, tras un empate a cero en los 120 minutos de juego, llegaría otro punto negro en la historia de la selección, las eliminatorias decididas desde los once metros. La final se disputó en el Estadio Olímpico de Sídney, el 29 de septiembre de 2000 contra la selección camerunesa. El 30 de junio, los integrantes del equipo nacional español llegaron a Madrid e hicieron un desfile con un autobús panorámico hasta la Plaza de Colón, lugar que fue el centro neurálgico de los aficionados españoles durante la celebración del torneo y donde transcurrió la celebración final.